domingo, 24 de marzo de 2013


"El precio de desentenderse de la política es el ser gobernado por los peores hombres"
Platón















Platón
Filósofo griego (Atenas, 427 - 347 a. C.).


viernes, 8 de marzo de 2013



La Justicia Mexicana un Triste Circo Romano

Por: Arturo Garrido Bárcena


Un golpe de sorpresa e incredulidad me causó la noticia de la captura de Elba Esther Gordillo Morales el martes 26 de febrero.

 No lo podía creer; una vez convencido de que efectivamente la maestra había caído en manos de la justicia me invadió una alegría desbordada (aderezada debo ser sincero de morbosa satisfacción) de saber que la  vida pletórica de todo lo que puede comprar el dinero y el poder en cantidades ingentes se le acababa a la villana favorita de la historia reciente del país
.
AUTOR: DIEGO IGARTUA MARTINEZ EDAD 14 AÑOS. TÉCNICA LÁPIZ
Diego Igartua Martínez  edad 14 años. Técnica  Lápiz
            Muchas opiniones se han vertido respecto del motivo de la destrucción de la poderosa lideresa: que si fue por venganza política, o que es un instrumento para legitimar a Peña Nieto, que es un  claro mensaje de que  regresa el autoritarismo presidencial o que es el típico ejemplo de “te lo digo Juan para que lo escuches Pedro”, etc.

            Las razones pueden ser todas estas y aún más, así como Pedro puede ser todos, me refiero a los demás líderes sindicales, gobernadores y aspirantes a competir cualquier coto de poder o cuestionarle la menor decisión a la camarilla encabezada por el nuevo presidente.

            A usted y a mí, simples trabajadores pagadores de impuestos fuente y motivo de la existencia de la clase política ya que de no haber un quinto partido por la mitad de ninguna manera se estarían peleando por gobernarnos, sólo nos queda creer que este acto heroico de exhibir a esta elegante dama tras las rejas es el simple y espontaneo ejercicio de la justicia y por lo tanto de la aplicación de la ley, ya que a fin de cuentas a la oligarquía lo que menos le importa es nuestra opinión.

            Han pasado ya algunos días y tras recapacitar tantas opiniones que he leído y escuchado, llego a la conclusión de que la detención de Elba Esther nos debería dar vergüenza y coraje. Es una burla para todos los ciudadanos el que la ley se aplique a contentillo y se haga un espectáculo de su aplicación.


            Me imagino en el circo romano al emperador Cayo Enrique Cesar, apodado gracias a sus proezas “Magnus el hermoso”, ataviado con su toga púrpura, rodeado por los senadores. En la arena cuadrigas aventando hogazas de pan a los espectadores en este caso horneadas con doble ración del ingrediente preferido por la prole, alegría morbosa; los jueces interpretados por gladiadores, quienes manipulan a la ley representada por leones hambrientos urgidos por desembocar su instinto natural de supervivencia y saciar su apetito al devorar a la acusada en este caso la maestra— antigua aliada, caída en desgracia por soberbia. La multitud clamando su muerte y Enrique Magnus el hermoso con el semblante serio, listo a proclamar su decisión, no sin antes voltear a ver el clamor de la prole y mirar a sus oponentes haciéndoles saber que él es el dueño del circo,  de los gladiadores, de los leones, de la multitud, y del tesoro, y que la decisión de que cualquier otro baje a la arena justiciera depende sólo de él.

AUTOR: DIEGO IGARTUA MARTINEZ EDAD 14 AÑOS. TÉCNICA LÁPIZ
Diego Igartua Martínez  edad 14 años. Técnica  Lápiz
            Piénselo, estas acciones nos devalúan como sociedad, la justicia debe ser igual para todos y nunca discrecional; desde el momento que se aplica dependiendo de los intereses de quien sea, la justicia junto con las leyes se desvirtúan así como el pueblo que lo permite.

             La acción de degradar las leyes a un simple palo o premio nos debe indignar tanto como nos alegra esta detención, porque de no darnos cuenta somos cómplices y víctimas potenciales del arbitrio de quien decide o no aplicarlas y no de la justicia per se.

            Lo invito a defender a los valores básicos que toda sociedad que aspire a ser avanzada debe tener, comenzando por la justicia y las leyes que promulga para preservarla.

 Nuestra única arma es el respeto y la observancia de que la ley se aplique.

 No nos convirtamos en el proletariado romano que con una hogaza de pan y un enemigo del sistema devorado por los leones en el circo romano, satisfacía su sed de justicia.