domingo, 22 de julio de 2012


REFORMA AL ARTÍCULO 87 CONSTITUCIONAL
VIVO EJEMPLO DE NUESTRA MEXICANIDAD

Por: Arturo Garrido Bárcena    


El pasado miércoles 18 de julio, se realizó la declaratoria de aprobación constitucional de la reforma política, impulsada por el senador Manlio Fabio Beltrones y en cuya construcción participaron todas las fuerzas partidistas del país, fue hecha por la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, tras haber realizado el escrutinio de los votos de los Congresos estatales que aprobaron el proyecto de dictamen.

Con la Reforma, sufrieron modificaciones los artículos 35, 36, 71, 73, 74, 76, 78, 83, 84, 85, 89 y 122; y adiciona algún elemento a los artículos 35, 71, 73, 84, 87, 116 y 122 de la Constitución Política.

            El senador Manlio Fabio Beltrones, en su carácter de presidente de la Junta de Coordinación Política, tomó la palabra, y  tras explicar las virtudes de la reforma, terminó su discurso –afirmando-- ante el pleno de la Comisión Permanente, lo siguiente:

Hemos logrado, en sí, resolver muchos de los asuntos pendientes que teníamos. Lo hemos hecho en la pluralidad, en el respeto que nos debemos unos a otros, en darle valor al diálogo, en saber que la discusión es saludable, y que los acuerdos son necesarios: ceder, conceder, negociar, conciliar, acordar, convivir, es avanzar

            El propósito, de la reforma al Artículo 87, es el que quiero analizar; hasta antes de esta reforma, dicho artículo decía lo siguiente:

“ARTICULO 87. EL PRESIDENTE, AL TOMAR POSESION DE SU CARGO, PROTESTARA  ANTE EL CONGRESO DE LA UNION O ANTE LA COMISION PERMANENTE, EN LOS RECESOS DE AQUEL, LA SIGUIENTE PROTESTA: "PROTESTO GUARDAR Y HACER GUARDAR LA CONSTITUCION POLITICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS Y LAS LEYES QUE DE ELLA EMANEN, Y DESEMPEÑAR LEAL Y PATRIOTICAMENTE EL CARGO DE PRESIDENTE DE LA REPUBLICA QUE EL PUEBLO ME HA CONFERIDO, MIRANDO EN TODO POR EL BIEN Y PROSPERIDAD DE LA UNION, Y SI ASI NO LO HICIERE QUE LA NACION ME LO DEMANDE". 

         La reforma consiste de las siguientes adiciones:
“El Presidente podrá rendir protesta ante el Congreso del Unión, las Mesas Directivas, la Comisión Permanente o la SCJN (Suprema Corte de Justicia de la Nación)”
            ¿Por qué estas adiciones?, para evitar que se repita una crisis como la vivida en el 2006 con el presidente Felipe Calderón Hinojosa, en la cual recordará, que grupos antagónicos le impidieron el acceso a la Tribuna del Palacio Legislativo de San Lázaro, buscando provocar el incumplimiento del Artículo 87 de nuestra Constitución; con el propósito de originar un posible vacío de poder. Aquel día, el presidente Calderón, tratando de cumplir con lo que ordenaba la Constitución, hizo gala de ingenió, y apareció de repente parado en la tribuna como por acto de prestidigitación; el truco consistió, en entrar por una puerta que se encuentra detrás de las dos banderas localizadas a espaldas de la máxima tribuna de la nación. Es decir, tuvo que entrar literalmente por la puerta de atrás.
            Las opiniones de los especialistas, fueron discordantes; unos opinaron que el  presidente asume el cargo en virtud de la protesta, otros, que este acto no es requisito imprescindible para ejercer el cargo, sino un acto formal y solemne pero no constitutivo, ya que según ésta opinión, la asunción del cargo presidencial se da al primer minuto del 1o. de diciembre.
            Debido a la variedad de opiniones, de manera inédita, los senadores aprendieron de la amarga experiencia, y decidieron solucionar este problema al darle más opciones al presidente para que en el caso de que sus opositores intenten repetir el boicot, estos se queden con un palmo de narices, y sí pueda rendir protesta, no dejando lugar a dudas de que ha tomado posesión del cargo.
 Según esto,--México ya avanzó-- gracias al trabajo de su sistema político, siempre comprometido con el país, y buscando eternamente el bienestar de la nación.
O tal vez no; desde mi punto de vista, esto es un desprestigio para nuestra Constitución, y como siempre se corrobora la cortedad de miras y la falta de compromiso de nuestros políticos por resolver los problemas a los que la nación se enfrenta, ya que en lugar de aprender de ellos y solucionarlos de fondo, --desde las mismísimas causas que los generan--, prefieren modificar la ley y esquivarlos.
De todo el conflicto que se suscitó con el proceso electoral de  hace seis años,  nuestro sistema político tenía la obligación de asimilar muchas lecciones, y las básicas eran las de aprender a: ceder, conceder, negociar, conciliar, acordar, convivir, con pluralidad; con el respeto que se deben los unos a los otros; dándole valor al diálogo; sabiendo que la discusión es saludable, y que los acuerdos son necesarios. Sin embargo, de haber puesto en marcha la práctica de estos conceptos, --que ni siquiera tuve que discernir, ya que nos los dice el senador Beltrones, en el párrafo que arriba cito --, no hubiera sido necesario el reformar mañosamente al Artículo 87 de la Constitución, para que al presidente de la República se le permita cumplir con lo que dicta,--a salto de mata--; es decir simularon la solución, pretendiendo engañarnos, al hacernos creer que el problema se ha corregido exitosamente.
Imagine una importante calle céntrica de la ciudad, en la cual hay constantes asaltos violentos a las personas que por necesidad caminan por ella, y que el jefe de policía en lugar de enfrentar a los asaltantes y presentarlos ante la autoridad correspondiente,--construye un puente--, para así, al evitar la calle, los ciudadanos ya no sufran atracos. Y además, después de presentar esta--brillante solución--, ni tardo ni perezoso anuncie con bombos y platillos que ha cumplido puntualmente con la obligación que la ciudadanía le encomendó. Bueno, esto es lo que ha hecho nuestro honorable sistema político, además de ofender a nuestra inteligencia, al suponer que somos lo suficientemente tontos para no darnos cuenta de su falta de voluntad por tratar de encontrar el mínimo de armonía entre las partes que lo forman.
Claro que usted me podrá decir que aún haciendo correctamente el trabajo, siempre puede haber un intransigente que no obstante conociendo la ley, trate de doblegarla para así lograr sus objetivos, sin embargo, el crecer y avanzar, implica imperativamente aplicar la ley y sancionar sin distingo al que no la respete. Si hacemos leyes justas, y en lugar de aplicarlas a los que las deshonran, las modificamos, para evitar el enfrentamiento, mejor no perdamos el tiempo y que cada quien haga lo que quiera, --dependiendo de su fuerza--, como en el lejano oeste.
¿Por qué nuestros legisladores, en lugar de esta reforma, no presentaron una iniciativa para definir los alcances del fuero constitucional que los protege y que también está lleno de ambigüedades? Porque en lo que sí están de acuerdo y muy unidos es en proteger y defender –sus—intereses.
Termino este artículo, con las dos primeras palabras del párrafo del senador Beltrones; “Hemos logrado”, seguir manteniéndonos en la infancia como país, ya que en lugar de enfrentar y resolver los problemas, preferimos darles la vuelta, --evitándolos--, y postergando la oportunidad de avanzar y de buscar la solución por difícil que esta sea; todo esto, vivo ejemplo de nuestra mexicanidad.


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