lunes, 2 de julio de 2012


Elecciones presidenciales 2012 ¿Por qué ganó el PRI?
Por: Arturo Garrido Bárcena


         El momento llegó, no hay plazo que no se cumpla, las elecciones pasaron y ganó la presidencia de la república el PRI representado por Enrique Peña Nieto.

         ¿Por qué ganó el PRI?

Porque en la mayoría de los estados de la República la violencia ha campeado en los últimos seis años, y las víctimas de esta no han visto resueltas las injusticias sufridas. La impunidad para con el delincuente es tan grande como la violencia misma, dando esto como resultado el caldo de cultivo ideal para la anarquía; misma que beneficia a las autoridades, engordando las arcas de la corrupción.

 
Porque la ignorancia nos impide ver más allá del Frutsi regalado, o la tarjeta Monex, o la gorra, o del análisis escuchado de que fulan@ no convenía y había que impulsar al puntero no fuera a ser que llegara aquel o aquella.


Porque el PAN nos decepcionó. Desde el 2000 con Fox se esperaban muchos cambios y reformas que no llegaron. Por eso AMLO tuvo tanto apoyo en el 2006, y se convirtió en el mesías, que prometió y juró impulsar los cambios milagrosos que se necesitaban. Un país del tamaño de México o un pequeño pueblo de algunos cientos de habitantes no puede cambiar por el deseo de uno solo; se necesita la participación de todos y del interés de cada uno de los participantes para poco a poco ir logrando los objetivos deseados; y para esto se requieren algunos ingredientes culturales que no se han desarrollado en México, como por ejemplo: unidad y empeño colectivo para avanzar en el arduo camino que los objetivos nacionales nos exigen. Constancia, determinación y la unión de la nación son imprescindibles para impulsar a todo un pueblo hacia cambios, que al lento paso del tiempo, beneficien a todos.

 
Por la incapacidad del PAN y del PRD de postular a candidatos que lograran entusiasmo y competencia en las campañas. Josefina Vázquez Mota no ilusionó a nadie, ni siquiera nos supo explicar a qué o a quién era diferente.  Y López Obrador no convenció de que había cambiado al camino del amor y paz; y persistió el miedo a que llegara al poder. También, porque estos dos partidos pudieron o debieron haber copiado la estrategia del PRI, la de construir, arropar, embellecer, guiar y proteger a su candidato con lustros de anticipación; paso a pasito, con bordado fino.


Porque las televisoras y los medios jugaron un gran papel para “imponernos” a EPN. Las razones de los medios para apoyar al PRI debieron ser dinero, promesas y compromisos que por supuesto beneficiaran sus intereses. ¿Y que el PAN y PRD no pudieron haberles prometido y jurado que de llegar al poder los iban a colmar de beneficios y dinero?; si el PRI pudo, todos podían. Es más, en el 2006 durante mucho tiempo las televisoras apoyaron a AMLO; —dejaron de hacerlo cuando se volvió evidente que se les salía del huacal— y fue casi al final cuando se pasaron del lado de Calderón; seguro cuidando sus intereses y por supuesto por dinero. Así que en esta ocasión ¿Habrá sido soberbia o falta de interés de ganar?

Porque los que si exhibieron a las televisoras fueron los jóvenes del movimiento #yosoy132 pero dejaron morir la semilla que nació y murió al día siguiente. Aquel viernes se develó el servilismo de los medios masivos de comunicación para con el candidato del PRI; ese viernes nació un movimiento con un propósito puro e impoluto, que era el de forzar a los medios a ser equitativos con la difusión de las noticias. Claro que puede haber medios con tendencias de izquierda o de derecha, tener filias o fobias, pero deben tratar y presentar con justicia al suceso como tal, independientemente de la línea editorial que se maneje. El movimiento #yosoy132 se contaminó y murió en la incubadora; al parecer, cuando a los muchachos se les hizo ver el  Movimiento que habían logrado germinar, estos mismos se sorprendieron y preguntaron, ¿qué?, ¿cuándo?, ¿dónde?, y alguien les señaló con la mano una dirección, sin ellos darse cuenta de que pasaron todos pisando la semilla recién nacida, ignorándola y matándola.

Porque EPN supo cambiar ante las adversidades que se le presentaron. Cometió las pifias en la Feria del Libro en Guadalajara, se le colgó el estigma de que era  tonto, de que era producto barato impulsado por la publicidad  incapaz de articular frase sin leerla en el monitor, y demostró en el primer debate que si podía hablar, enfrentar y construir ideas aún delante a sus adversarios. Porque al ya no poder ocultar la enorme corrupción hecha por el presidente del partido y ex gobernador de Coahuila Humberto Moreira, lo hizo a un lado al igual que a Mario Marín y a Fidel Herrera; todo lo que lo opacara se escondió. En el lugar de Moreira supo designar a Pedro Joaquín Coldwell como presidente del partido, alineando y preservando el orden y la unión. Porque después de que los estudiantes lo vituperaron en la Ibero, conservó la calma, se mantuvo firme y tendió las manos para todos, aún para aquellos que lo increparon, prometiendo que gobernaría igual para sus seguidores y adversarios. 

Porque EPN y el PRI hicieron una muy buena campaña, recurriendo a todas las herramientas y métodos legales e ilegales. Demostrándonos que los priistas si saben unirse y luchar por esa droga que una vez que se prueba no se puede dejar y que es el poder. Porque hicieron funcionar unidos una gigantesca maquinaria electoral con el único propósito de ganar, volviéndonos a probar que ante la adversidad de haber perdido la presidencia en el 2000 —misma que mantuvieron durante setenta y un años— nunca murieron, más bien se adecuaron a su nueva realidad, evolucionaron y demostraron que además no necesitaban de un Presidente de la República para qué los llevara de la mano a la victoria.

Porque México no tiene memoria, ni interés por mejorar; se conforma con no estar peor.

Porque hace seis años debió haberse dado la alternancia con la Izquierda —no digo que con AMLO— ya que era la verdadera oposición al neoliberlismo impuesto por el PRI de Salinas y mantenido por el PAN, modelo causante de mantener unas finanzas estables y sanas en lo macro, pero a un país mayoritariamente constituido por ciudadanos pobres, eso sí muy estables, en la pobreza.

Para finalizar, ganó el PRI, porque obtuvo la mayor cantidad de votos,  no la mayoría,  porque no existe la segunda vuelta.



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